Trump versus Musk: millonarios recursos, lobby político y hasta amenaza de deportación entre las cartas por jugar

El “matrimonio” entre el presidente Donald Trump y el magnate Elon Musk quedó esta semana al borde de un divorcio por lo que parecen ser diferencias irreconciliables.

(Vea también: Elon Musk hace explosiva acusación contra presidente Donald Trump y dice que 'está en archivos de Jeffrey Epstein')

Aunque siempre se tuvo claro que la unión entre el hombre más poderoso del mundo y el más rico del planeta era una amarrada por conveniencias, su implosión pública, cargada de serias acusaciones e insultos, causó sorpresa y preocupación en algunos círculos debido a su impacto a mediano y largo plazo. Pero, en especial, por la velocidad con la que sucedió.

Hace tan solo una semana, tras la confirmación de la salida de Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), el organismo encargado de reducir el gasto del gobierno estadounidense y recortar empleos, pero que ha causado mucha polémica por los despidos masivos de empleados y eliminación de agencias federales, Trump organizó un evento en la Casa Blanca para agradecerle al magnate jefe de Tesla por sus cuatro meses de trabajo.

En el encuentro, los dos titanes se regaron en elogios y el presidente le dio al magnate tecnológico una gran llave dorada en una caja de madera insistiendo en que Musk "en realidad no se iba" y que seguiría "yendo y viniendo" a la Casa Blanca.

Sin embargo, este jueves y en cuestión de horas, las pleitesías se tornaron en abierta hostilidad. Por un lado, Musk llamó al presidente republicano un “mal agradecido” sugiriendo una posible destitución y hasta acusándolo de impropiedades sexuales al señalar que su nombre “está en los archivos de Jeffrey Epstein”, mientras que Trump lo catalogó de "loco" y amenazó con cancelar todos los contratos que sus empresas tienen con el Gobierno.

Sobre el papel, la manzana de la discordia fue el masivo proyecto de ley que acaba de aprobar la Cámara de Representantes para financiar la agenda tributaria y migratoria del mandatario estadounidense y al que Trump se refiere como “mi Gran y Hermosa Legislación (One Big and Beautiful Bill)”.

Según Musk, y en eso coinciden los expertos, la legislación le añadiría entre 2,3 billones de dólares y 3 billones de dólares en una década a la ya de por sí explosiva deuda estadounidense.

“Lo siento, pero no me lo aguanto más. Este proyecto de ley es una abominación repugnante. Está lleno de gastos innecesarios, le añadirá a nuestro monumental déficit fiscal y podría llevar a Estados Unidos a la bancarrota. ¡Rechacemos esta locura!", dijo el magante a comienzos de semana, a través de su cuenta en X.

Aunque Musk no mencionó al presidente, su trino fue interpretado como un ataque directo contra Trump -que respalda la legislación- y en el peor de los momentos, pues el proyecto pasa ahora al Senado, un órgano más independiente que la Cámara donde podría quedar debilitado.

La Casa Blanca respondió inicialmente a las críticas sugiriendo que el malestar de Musk no era por el costo del proyecto sino porque este elimina los subsidios existentes para la producción y venta de vehículos eléctricos, un golpe tremendo para Tesla, su “gallina de los huevos de oro".

Musk fue uno de los principales proponentes de la candidatura presidencial de Trump el año pasado invirtiendo casi 300 millones de dólares de su fortuna personal y usando su megáfono en la red social X -de la que también es dueño- para defender sus ideas.

Pero, su rol al frente de Doge y su asocio con la agenda de Trump han tenido un tremendo impacto en las ventas de Tesla y su cotización en la bolsa donde vive una caída del más del 15 por ciento. De ahí que la eliminación de los subsidios -recorte de impuestos para las personas que compren autos eléctricos- podría ser un golpe de gracia para la empresa.

De acuerdo con diversos reportes en medio de Estados Unidos, Musk vio en esto un acto de extrema traición y de allí sus ataques a comienzos de semana.

Aunque la fractura actual entre Trump y Musk se asocia al proyecto de ley, la relación ya venía en cuidados intensivos.

Hace mes y medio, cuando el mandatario anunció la imposición de aranceles a todos los países del mundo, Musk criticó la medida por considerarla contraproducente y llamó "imbécil" a uno de los asesores del presidente por defender el uso del las tarifas como estrategia para resucitar la industria de las manufacturas en Estados Unidos.

Musk, además, ya había tenido fuertes choques con otros del Gobierno, entre ellos el secretario de Estado, Marco Rubio.

Aunque Trump había evitado un enfrentamiento directo con Musk, este jueves, durante una rueda de prensa con el canciller alemán Friedrich Merz, decidió entrar en la pelea.

“Estoy muy decepcionado de Elon. Le he ayudado mucho a Elon. Sabía cada aspecto de este proyecto de ley, mejor que casi nadie, y nunca tuvo un problema hasta que se fue (del gobierno)", dijo el mandatario, añadiendo que habría ganado las elecciones presidenciales aún sin su apoyo.

A partir de allí, todo fue Troya.

"Sin mí -le respondió Musk a través de su cuenta en X- Trump habría perdido la elección, los demócratas controlarían la Cámara y los republicanos estarían 51-49 en el Senado. Qué ingratitud”.

El republicano ripostó amenazando con retirar todos los millonarios contratos que tiene Musk con el Gobierno y que suman más de 3.000 millones.

“Elon se estaba agotando, le pedí que se fuera. Le quité su mandato de vehículos eléctricos que obligaba a todos a comprar autos eléctricos que nadie quería, y simplemente se volvió loco”, escribió Trump en Truth Social.

La reacción de Musk a los comentarios fue furibunda. No solo tildó a Trump de ser un mentiroso, sino que se mostró de acuerdo con que se le iniciara un juicio de destitución para reemplazarlo con el vicepresidente J. D. Vance.

Más delicado aún, sugirió, sin presentar pruebas, que Trump es uno de los mencionados en los documentos que tiene el gobierno sobre Jeffrey Epstein, el mangante acusado de abusar de decenas de menores de edad y que ofrecía sus servicios a prestigiosos políticos y personalidades.

"Trump aparece en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!", escribió Musk. Además, ventiló la idea de crear un tercer partido político para las próximas elecciones en Estados Unidos, toda una amenaza existencial para los republicanos, pues dividiría a la derecha y a los conservadores en el país.

Hasta dónde llegará la disputa, nadie lo sabe.

Trump, por supuesto, tiene muchas ventajas y probablemente ganaría el pulso si este sigue creciendo. No solo porque sigue siendo inmensamente popular entre la base del partido sino porque, como presidente, amasa un enorme poder.

Además de la cancelación de los subsidios para Tesla y eliminación de contratos con el departamento de Defensa de Space X (otra de sus empresas) por más de 3.000 millones de dólares, podría empujar al departamento de Justicia para que lo investigue en una multitud de frentes.

Steve Bannon, uno de sus asesores más cercanos, ya ha pedido la apertura de una pesquisa para determinar si Musk mintió cuando se naturalizó como ciudadano estadounidense, es originalmente de Sudáfrica, y en dado caso, que sea deportado a este país.

Así mismo, que se le habrá de una investigación por su supuesto uso de drogas ilegales, un tema que viene siendo reportado por diversos medios de comunicación y que podría meterlo en serios problemas.

Aun así, Musk, con su músculo financiero ilimitado y gran presencia mediática, es un enemigo que nadie quiere tener. Ni siquiera Trump.

Por un lado, podría usar su enorme fortuna (avaluada en más de 300.000 millones de dólares) para respaldar a candidatos al Congreso que se oponga a Trump y a los republicanos en las elecciones del año entrante, cuando estará en juego el control de la Cámara y el Senado. Y, de ser exitoso, sería mortal para la agenda de Trump en sus últimos dos años de Gobierno.

Paralelamente, su capacidad de influencia en redes sociales, especialmente en X donde cuenta con más de 230 millones de seguidores (aparte de ser el dueño) es enorme y desde allí podría hacerle gran daño al mandatario estadounidense.

Pero también puede que la disputa termine en nada. Si algo han demostrado tanto Trump como Musk en años recientes es que pueden pasar del amor al odio en cuestión de segundos. Especialmente, si hay intereses económicos y políticos de por medio.

Amanecerá y veremos.

SERGIO GÓMEZ MASERI

Corresponsal de EL TIEMPO

Washington