‘Siempre hay que volver al origen’: Andrea Agudelo

Según algunas perspectivas holísticas, el ser humano está compuesto por siete cuerpos interconectados que influyen en su desarrollo y bienestar. Más allá del físico, los cuerpos etérico, astral, mental, álmico, espiritual y la Mónada o llama divina integran la totalidad de quienes somos.

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Basada en esta premisa de expansión, la diseñadora Andrea Agudelo lanzó su línea de sombreros SER con una galería de arte en la que explora la expresión y la libertad con técnicas artesanales.

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La primera colección, Born From Light, está influenciada por la vida misma y sus dicotomías, e invita a que, quien lo use, reconozca qué hay más allá de su mente y cuerpo.

Para mí todo parte de una base y es que siempre hay que volver al origen, la única forma en que un proceso creativo sea lo suficientemente fuerte y que tenga esa potencia para para ser expresado y expandido es porque tiene una historia que contar.

La de mi familia, que ha sido mi base, mi puerto, mi todo. Creo que tenemos un pacto de almas donde todos nos entrelazamos y estamos acá para apoyarnos y traer esas vivencias que expresamos en nuestros más allá del cuerpo físico. Creo que cuando uno se reconcilia con su historia familiar y se permite ir a su origen es cuando puede expresarlo al mundo.

Siempre. Para mí, es esencial que todo proceso creativo esté conectado con la espiritualidad. Si no es así, el resultado sería algo superficial y desechable. Mi inspiración va mucho más allá y es a través de mis vivencias y de mi propia exploración desde donde siento que le puedo dar un doble click al ser.

Totalmente. Hay mucho fondo y por eso digo que yo no estoy creando sombreros, yo realmente lo que quiero es que las personas se conecten con su propia expresión y que expresen su lado más auténtico a través de la moda.

Vamos a tener diferentes colecciones y, en esta primera, el fieltro de lana es protagonista. Tenemos colores más tradicionales por la línea de los crema y los oscuros, pero también tenemos propuestas de verdes y azules más arriesgadas. Para mí era importantísimo que hubiera trabajo artesanal y eso también lo quiero destacar. Cada sombrero cuenta con un trabajo 100 % manual.

Para la segunda colección nos vamos a concentrar en sombreros de verano, mucho más frescos e inspirados en la naturaleza con una composición artística.

Aprendí a aceptar las cosas. En el proceso, me enamoré y desenamoré de mis diseños, de la propuesta, dudé muchas veces, pero al final entendí que llega un punto en el que no puedes perfeccionar más la obra y debes, simplemente, dejarla ser. Esa fue mi forma de salir a la luz para disfrutar el proceso creativo libre de miedos, pues entendí que, mientras yo conecte, todo está bien.