Jorge Mario Bergoglio y su historia como químico: el camino que recorrió para convertirse en el papa Francisco

El papa Francisco fue uno de los hombres más importantes de la Iglesia Católica en los últimos años. En 2013, se convirtió en el primer líder papa originario de Sudamérica y también en el primer religioso perteneciente a la orden jesuita en llegar a este rango.

Jorge Mario Bergoglio, como era su nombre de cuna, nació el 17 de diciembre de 1936, en Buenos Aires, Argentina. Fue el mayor de cinco hijos, sus padres eran de origen italiano y su familia fue muy religiosa, de allí nació su vocación.

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Desde muy pequeño Jorge Mario Bergoglio decidió empezar a trabajar para ayudar en las finanzas de su casa, terminó sus estudios escolares y se hizo técnico en química farmacéutica, trabajando por un tiempo en una fábrica local, en Buenos Aires, allí laboró bajo las órdenes de la bioquímica paraguaya Esther Ballestrino, con quien inició una amistad que duraría años.

Para 1960, Jorge Mario había dejado su trabajo como técnico químico e inició sus estudios en el seminario en la Compañía de Jesús.

El argentino aseguró que el primer llamado a la religión lo tuvo cuando tenía 17 años de edad, y durante una confesión: “Fue la sorpresa, el asombro de un encuentro; me di cuenta de que alguien me estaba esperando. Esta es la experiencia religiosa: el asombro del encuentro con alguien que te espera”.

Luego, el 12 de marzo de 1960, hizo sus primeros votos y desde entonces se encaminó en el camino de la religión, estudiando filosofía, humanidades, teología, literatura, filosofía y psicología.

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Finalmente, en 1969 fue ordenado sacerdote, vivió un breve tiempo en Chile y se mudó a Alemania, donde fue profesor de literatura y psicología en colegios jesuitas.

Su carrera ascendió rápidamente, y en 1973 se convirtió en superior provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años.

Según el portal ‘Vatican.va’ tras los seis años como líder de la orden jesuita en Argentina, se reintegró en su trabajo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel.

La biografía oficial del papa Francisco reseña que en 1986 volvió a Alemania para finalizar su tesis doctoral, pero sus superiores lo enviaron al colegio El Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.

Fue en 1992 cuando Jorge Mario Bergoglio inició su carrera en el vaticano, pues el 20 de mayo de ese año, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. Tras el nombramiento oficial, eligió el lema ‘Miserando atque’.

El 3 de junio de 1997 la iglesia lo promovió y lo nombró arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Tras menos de nueve meses en el cargo y tras la muerte del cardenal Quarracino, le sucedió, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina.

Varios años después, el papa Juan Pablo II lo nombró cardenal y el 21 de febrero de 2001 le dio el título de san Roberto Bellarmino. Durante el nombramiento invitó a los feligreses a no viajar a Roma y, por el contrario, destinar estos fondos para ayudar a los menos favorecidos.

En octubre de ese mismo año, fue nombrado relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal, encargo recibido en el último momento en sustitución del cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, quien se encontraba ausente por la importancia de su presencia en su país a causa de los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Por años, prestó sus servicios religiosos y siguió su camino hasta el momento de su muerte. En 2013, fue nombrado papa y tomó el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís. El legado del papa Francisco estará marcado por su humildad y por la aprobación de revolucionarias reformas a la Iglesia Católica.

ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO