En una de las 2.316 estrofas del poema Martín Fierro se proclama hombre libre y así dice:
“Mi gloria es vivir tan libre
como pájaro en el cielo;
no hago nido en este suelo
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir
cuando yo remonto el vuelo”.
Y así termina el poema de José Hernández: “Todas las tierras son buenas, vámonos, amigo Cruz”. Muchos me preguntan sobre cuáles son los países y lugares que se deben privilegiar en la escogencia de los más interesantes. Son mis opiniones. Es obvio que los países más extensos de la Tierra tienen muchos atractivos que ofrecer. Ellos son: China, Estados Unidos, Brasil, Rusia, Canadá y la India. En el planeta existen 195 países y todos tienen bellezas dignas de visitarse. Mi lista de viajero por el mundo en orden de absoluta preferencia es la siguiente: primero, indudablemente Egipto; luego, Grecia, Turkiye, China, India, Marruecos, España, Indonesia… Desde luego, la escogencia obedece a mis valores y a mi conocimiento sobre el terreno. Así, no figuran en mi lista lugares famosos de fiesta, jolgorio, diversión y entretenimiento. Estos lugares se promocionan solos entre los adictos.
La escogencia obedece a mis valores y a mi conocimiento sobre el terreno. Así, no figuran en mi lista lugares famosos de fiesta, jolgorio, diversión y entretenimiento
Egipto es sin lugar a dudas el primer destino del mundo para los visitantes ilustrados y cultos. Así lo acreditan la inmensa cantidad de impresionantes monumentos que todavía están en pie del mundo de los faraones. Están allí y se siguen descubriendo, sin olvidar lo que representa el Sinaí en tres religiones. Los oasis del desierto egipcio parecen arrancados del mundo de los sueños. A Grecia se debe ir una vez en la vida; es la madre de la cultura del mundo occidental. Cómo no irar el más bello templo de la antigüedad, el Partenón; y no conocer las torres de Meteora, el sitio de las Termópilas, las tumbas micénicas, el oráculo de Delfos, el teatro más famoso de la antigüedad, el Epidauro.
Turkiye es hoy una de las mecas del turismo mundial. La lista de sus atractivos es larga: Estambul es una de las tres ciudades más bellas del mundo, junto con Praga y San Petersburgo. El sitio de Troya; Éfeso, el centro arqueológico más grande del mundo al aire libre; allí estuvieron el Mausoleo de Halicarnaso y el templo de Diana, dos maravillas del mundo antiguo; el inigualable desierto de Capadocia; el mítico monte Ararat, donde recaló el arca de Noé, dicen; allí nació el cristianismo con las epístolas y los viajes de san Pablo; allí, en Antakia san Pedro celebró la primera misa; allí se asentó la civilización de los hititas, contra la cual luchó Ramsés II en la batalla de Cadés; allí circulan los bíblicos ríos Tigris y Eufrates; allí nacieron y vivieron grandes filósofos; en la costa del Egeo subsisten muchas ciudades que tienen templos, teatros y monumentos de la cultura griega; las playas turcas del Mediterráneo oriental son de espectacular belleza; la iglesia de Santa Sofía, hoy mezquita, es de sobrecogedora hermosura... China posee gran parte del Himalaya y la mitad del Everest (la otra mitad pertenece a Nepal), templos, palacios, ríos sagrados, el Tíbet con el esplendor del budismo y Lhasa con el fabuloso Potala... La India con sus cuatro religiones: hinduismo, brahmanismo, sijismo y budismo ha levantado fastuosos templos; los palacios de los maharajás; el monumento más bello al amor, el Taj Mahal; Benarés y su río sagrado; el esplendente desierto de Tar; los tigres de Bengala, los picos del Himalaya... Me quedan Marruecos, España e Indonesia, que reseñaré en otra ocasión. En América considero país fuera de serie Perú: su cordillera Blanca, Machu Picchu, Nazca, las ciudades y restos incaicos, sus desiertos... Sí, “todas las tierras son buenas”.