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El impactante antes y después del barrio donde vivió Pablo Escobar: turistas no pueden creerlo

• De epicentro del narcotráfico a destino turístico visitado por miles de estadounidenses y europeos cada semana.

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¿De dónde provienen los turistas que visitan este barrio en Colombia? Foto: Trip Advisor

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Donato Del Blanco

REDACTOR05.06.2025 08:53 Actualizado: 05.06.2025 08:53

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Si usted recorre Medellín con interés en su historia, encontrará que el Barrio Pablo Escobar dejó de ser sinónimo de violencia para convertirse en un foco turístico para muchas personas.

Algunos visitantes, especialmente estadounidenses, llegan cada semana en busca de saber más acerca de una figura conocida en todo el mundo.

La zona donde el capo construyó cientos de viviendas para familias desplazadas, muchas de ellas extraídas de un antiguo vertedero, hoy muestra murales, negocios populares y una galería que funciona como museo no oficial.

Allí, según Los Angeles Times, “una especie de santuario exalta al exjefe del cártel”, con objetos como “una Wet Bike, escritorios con compartimentos ocultos, camisetas y llaveros con su rostro”.

De zona prohibida a ruta turística

Lo que antes era inaccesible para la policía, ahora es uno de los puntos más fotografiados de Medellín.

La Comuna 13, que colinda con el barrio, atrae cada semana a más de 12.000 turistas, muchos de ellos provenientes de Estados Unidos, según datos citados por LATimes. Estos visitantes se maravillan con los murales que cubren las paredes de las casas y escuchan relatos de los locales sobre los años más oscuros.

Luis Ospina, guía local, explicó el fenómeno: “Cuando Netflix lanzó Narcos, todo se descontroló. Empezamos a recibir turistas europeos, estadounidenses, sobre todo angloparlantes”.

El barrio recibe a cientos de turistas semana a semana Foto:Archivo El Tiempo

Ese interés global fue aprovechado por jóvenes emprendedores como Alejandra Mejía, de 21 años, quien “usa un dron para fotografiar a los turistas con vistas panorámicas de la ciudad”.

Aunque el turismo revitalizó la economía del lugar, no todos los habitantes se sienten cómodos con la exaltación de Escobar. Marcelo Jaramillo, operador turístico, lo resume con crudeza: “Si vas a Berlín, no compras una camiseta de Hitler”.

Según él, la ciudad aún está dividida “entre la oscuridad y la luz”, y ambos extremos se benefician del fenómeno.

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