Las alternativas que tendría Colombia para sortear los aranceles del 50 % que impuso Trump al acero y el aluminio

A partir de este miércoles entran en vigor los nuevos aranceles al aluminio y al acero del 50 por ciento decretados por el presidente Donald Trump y que pesan sobre todas las importaciones a Estados Unidos de estos dos productos.

(Vea: Donald Trump eleva al 50% los aranceles de EE. UU. sobre el acero y el aluminio, estos son los países más afectados)

Aunque los detalles específicos aún están decantándose, analistas consultados por este diario consideran que las consecuencias para Colombia, de mantenerse, serían devastadoras.

Colombia, hay que aclarar, ya venía pagando un arancel del 25 por ciento a sus exportaciones de acero y un 10 por ciento en el caso del aluminio, vigente desde la primera istración de Donald Trump (2017 y 2021).

Tras su llegada a la Casa Blanca en enero de este año, el republicano mantuvo esos aranceles previos -que eran solo para algunos países-, pero los extendió a todas las naciones del mundo.

A partir de ahora, el arancel en ambos casos sería del 50 por ciento. Es decir, un aumento del 100 por ciento en el caso del acero y de un 400 por ciento para el aluminio, que pasa de un 10 por ciento a un 50 por ciento también.

“Para los productos que están en la lista, que son productos fabricados en acero y aluminio desde Colombia a Estados Unidos, un incremento al 50 por ciento, prácticamente, implica que se nos cerró el mercado. En el caso del acero, donde teníamos ya el 25 por ciento, las exportaciones ya eran insignificantes. Pero ahora, con el 50, van a ser inexistentes”, dice Enrique Millán, analista del centro de pensamiento Atlantic Council y de la firma de asesoría Millán y Ayala Asociados.

Para Millán, sin embargo, el impacto más fuerte es sobre las exportaciones del aluminio, que eran importantes y se habían acomodado al arancel previo del 10 por ciento.

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“Para el aluminio es gravísimo porque con el aluminio había una ventana de oportunidad para ser competitivos con el 10 por ciento, incluso con un 25 por ciento. Pero ya con el 50 porciento es muy poco probable”, continúa este analista.

Actualmente, el gobierno colombiano adelanta negociaciones con Estados Unidos relacionadas con las tarifas generales del 10 por ciento que impuso Trump en abril pasado a todos los países del mundo.

Sin embargo, aclara Millán, el acero y el aluminio no hacen parte de esa negociación y, por lo tanto, tendrán que ser manejadas de manera diferente.

Al gobierno colombiano y al sector privado, dice Millán, “le quedan varios caminos. Uno es ofrecer una cuota, es decir, que hasta un tope de exportaciones en el año estén sin arancel y de ahí para adelante se aplique el 50 por ciento”.

Pero no será nada fácil. En ciertos sectores de Estados Unidos, continúa Millán, los productores de acero y aluminio están convencidos de que Colombia es un punto de triangulación para materiales que vienen de China y, luego, son transformados en el país para su envío posterior a Estados Unidos.

La nueva medida, valga aclarar, afecta también a otros países como México y Canadá, que son competidores directos del país. Es decir, Colombia estaría en igualdad de condiciones a todas las naciones del mundo, salvo el Reino Unido, que está negociando un arancel del 25 por ciento.

En todo caso, con un arancel tan extremo (del 50 por ciento), muy pocos países serían competitivos en el mercado estadounidense.

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En 2024, de acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio Colombo Americana, la industria del aluminio exportó casi 650 millones de dólares, mientras que la del acero representó ventas por unos 82 millones de dólares. Eso a través de unas 237 empresas nacionales que generaban miles de empleos pero que ahora, tras el anuncio de los nuevos aranceles, han quedado en el limbo.

Los analistas recuerdan, no obstante, que Trump lleva varios meses colocando y retirando aranceles y que los usa como estrategia de negociación para obtener ventajas en otros frentes.

En un análisis más detallado de la decisión, Millán sostiene que, además del golpe a las industrias del acero y el aluminio, las empresas colombianas que importan maquinaria, componentes o productos terminados con alto contenido de acero/aluminio desde Estados Unidos podrían enfrentar alzas en costos.

De acuerdo con su firma de asesoría, dado que algunos países buscarán rutas alternativas o ensamblaje regional para evitar aranceles, Colombia podría tarar de posicionarse como un centro de transformación intermedio.

Así mismo, sugieren que Colombia, a través del TLC con Estados Unidos, podría negociar condiciones preferenciales para ciertos productos si se demuestra valor agregado local.

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De la misma forma, ofrece una serie de recomendaciones para lidiar con el devastador anuncio. Entre ellas:

Según Millán, “el aumento arancelario representa un giro proteccionista fuerte de Estados Unidos, con implicaciones globales. Para Colombia, el impacto directo es limitado, pero existen riesgos indirectos en las cadenas de suministro y oportunidades tácticas si se actúa con agilidad y estrategia”.

SERGIO GÓMEZ MASERI

Corresponsal de EL TIEMPO

Washington

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