Este 25 de junio se cumplieron 13 años de la inscripción del Paisaje Cultural Cafetero (PCC) en la lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y aunque es un territorio que se ha consolidado gracias a este reconocimiento, también se enfrenta a varios desafíos para mantener la declaratoria.
El PCC está compuesto por 141.000 hectáreas en el área principal y 207.000 en el área de amortiguamiento y una población de unos 595.000 habitantes en Caldas, Quindío, Risaralda y una parte de Valle del Cauca.
Desde 1995, decenas de organizaciones, entre universidades, gobernaciones, comités de cafeteros, cámaras de comercio, cajas de compensación, entre otras entidades, se reunieron en pro de alcanzar un objetivo común, que la Unesco destacara al PCC por su ‘’valor universal excepcional” como finalmente ocurrió en junio de 2011.
Nuevos retos
Durante los últimos años la región ha convertido este reconocimiento de la Unesco en un sello que ha logrado atraer a cientos de personas, pero cada vez se enfrenta a nuevos retos como frenar la minería, la sustitución de cultivos de café, las variaciones demográficas en la región, los posibles cambios en usos del suelo, entre otros.
El docente de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) y uno de los académicos que participó en el proceso de declaratoria de la Unesco, Óscar Arango Gaviria, le explicó a este medio que la declaratoria es a la cultura y no solo al cultivo, por lo que pasar de un territorio cafetero a uno minero o aguacatero cambia las formas de vida.
“En el evento de que venga la Unesco a hacer evaluación de cómo vamos puede ser un enorme riesgo, pues desde el comienzo -cuando el PCC se incluyó en la lista de patrimonio mundial- había un compromiso del estado colombiano de hacer a un lado la minería a cielo abierto”, comentó.
Según el académico, perder la declaratoria sería nefasto no solo para el Eje Cafetero sino para el país. “Colombia perdería credibilidad pública nacional e internacional, formas de identidad regional y toda la economía que se genera en torno a la marca. Perder la declaratoria de la Unesco sería una catástrofe nacional, así que el Estado tiene que estar muy alerta para desarrollar todo lo que sea necesario para que eso nunca vaya a suceder”, comentó.
“Hay una disminución progresiva de las áreas sembradas en café; de 2011 a la fecha, en los 51 municipios del paisaje, se han disminuido en alrededor de 50.000 las hectáreas sembradas, esa cifra ya de por sí debería mantener prendida las alarmas en los Gobiernos respecto a qué se va a hacer con la situación”, precisó.
Así mismo, argumentó que las cifras demuestran que no solo se está envejeciendo la población rural, sino que además están migrando a las ciudades, lo que significaría que, en unos años, no haya quién cultive el grano.
“Cuando la gente deja de cultivar porque ya no le es rentable, vende los terrenos y en esos ya no se construyen fincas sino urbanizaciones y eso nada que tiene que ver con el PCC. Eso está asociado a cómo se está manejando la economía cafetera y es algo complejo de manejar y hay que prestarle atención”, dijo.
Finalmente, señaló que se hace urgente un plan interinstitucional que permita atacar las amenazas latentes y que muestre que el país está dando garantías de cumplimiento del plan de manejo del PCC.
“Necesitamos un programa de educación permanente y sólido para la sostenibilidad del PCC, de lo contrario será difícil cumplir con lo que se nos pide. Para eso tenemos que unimos porque solo con lo que hacemos desde las universidades no es suficiente y el estado debe empezar a pensar y actuar al respecto”, apuntó.
Precisamente para detener la minería en la región, el representante a la Cámara por Risaralda, Alejandro García, creó un proyecto que presentó en el Congreso y que buscaba detener las pretensiones de la industria minera en áreas del PCC.
Con este proyecto se delegaría a los Ministerios de Minas, Ambiente y Agricultura, bajo el liderazgo del Ministerio de Cultura para que coordinaran y definieran cómo se efectuaría el otorgamiento de licencias mineras en el PCC. “El Gobierno, a través de estas carteras, tendría que establecer los requisitos bajo los cuales se podrán hacer exploraciones y explotaciones mineras en el territorio. Esto aumentaría la protección sobre el territorio, ya que el otorgamiento de licencias no quedaría, únicamente, en manos de las istraciones municipales”, le explicó a este medio el congresista.
Sin embargo, el proyecto se hundió este jueves en el Congreso, según García “por culpa del lobby minero”.
Señaló que sin esta protección la declaratoria quedó en riesgo. “Empresas mineras internacionales y de Boyacá, departamento que no hace parte del PCC, se encargaron de entorpecer el trámite del proyecto, lo cual impidió que se diera su último debate en la plenaria del Senado y provocó su hundimiento, pues este tenía que ser aprobado antes del 20 de junio”.
García aseguró que lo seguirá intentando y presentará nuevamente el proyecto en la próxima legislatura.
Otro de los riesgos es el reemplazo de los cultivos de café por otros como el aguacate hass, como se ha venido presentando en los cuatro departamentos.
Recientemente se realizó un taller ambiental en Armenia sobre el manejo de este cultivo en el Eje Cafetero.
“Nos dimos cita las autoridades ambientales coordinados por los Ministerios Medio de Ambiente y Agricultura para enfrentar los monocultivos de aguacate sobre todo cuando entran en conflicto con las áreas de protección de nuestros territorios. Hemos venido construyendo estrategias y políticas que nos permita armonizar y poder tener unos determinantes ambientales para esos desarrollos”, dijo el director de la Corporación Autónoma de Risaralda (Carder), Julio César Gómez.
EJE CAFETERO