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Así fue el accidente aéreo que estremeció a Colombia hace 100 años: el día más triste de la historia de Barranquilla
El 8 de junio de 1924 se accidentó el avión Tolima, en el Centro de la ciudad, muriendo sus seis ocupantes, entre ellos el pionero Ernesto Cortissoz y el piloto alemán Hellmuth Von Krohn. Crónica.


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La tarde del domingo 8 de junio de 1924, después del almuerzo, cinco hermanos --tres niños y dos niñas-- jugaban, bajo la estricta mirada de una institutriz alemana, en el balcón de su casa, mansión de arquitectura neoclásica en el barrio El Prado, de Barranquilla.
Reproducción de fotografías sobre el accidente aéreo del 8 de junio de 1924 cuando un avión que sobrevolaban Barranquilla cayó sobre unas casas, se trataba del Junker de Scadta que lanzaba volantes para presionar la continuación de las obras en Bocas de Ceniza. Estas fotografías originales están en la hemeroteca de la Aduana. Foto:Reproducciones de la Revista Barranquilla Gráfica en Hemeroteca de la Aduana.
Los niños, corriendo tras el avión que se dirigía al este, respondían con gritos: "¡papá, papá, papá!".
Museo Scadta ubicado en el Colegio Alemán. Aquí reposan piezas de antiguos aviones y documentación del antiguo Avianca. Foto:Reproducción de documentos en Museo Scadta en Barranquilla.
Y los niños eran sus hijos, de matrimonio con Esther Rodríguez González: Clarita, Cecilia, Enrique, Fernando y Ernesto Jr.
La escena en la mansión y las palabras a continuación de los hermanos fueron publicadas, hace 50 años en el desaparecido Diario del Caribe, por el periodista e historiador Alfredo de la Espriella, para recordar la primera gran tragedia de la aviación colombiana, el accidente del avión Tolima, suceso que conmemoró un siglo el sábado 8 de junio.
"Yo recuerdo perfectamente cuando pasó el avión por la casa. Estábamos pendientes, pues mi papá nos había avisado que pasaría", recordó Clarita... "Nosotros alcanzamos a ver cuando el avión hacía como un 'looping the loop' (acrobacia)...", apuntó Enrique... "Cecilia y yo gritamos cuando vimos la columna de humo", agregó Clarita.
Un domingo de fiesta
Los 'Mártires de Bocas de Ceniza'. Foto:Cortesía comunidad Scadta en Facebook
Barranquilla no quería detener su progreso y crecimiento sin par en el país. Era el principal puerto fluvial en el Magdalena y el principal puerto aéreo latinoamericano. Y quería ser puerto marítimo, sin el pare en el muelle de Puerto Colombia, por lo que pedía a la Nación --motivo del mitin-- los trabajos de canalización de Bocas de Ceniza, desembocadura del Magdalena en el mar Caribe.
Esa mañana, mientras el Ministro visitaba Bocas de Ceniza, llevado en lancha por Eparquio González, gobernador del Atlántico, frente a la mansión de Cortissoz, en una casa de dos pisos que Scadta había arrendado como vivienda del personal alemán, en lo que hoy es el final Barrio Abajo, se planeó el operativo aéreo, que tendría como conductor al alemán Hellmuth Von Krohn, jefe de pilotos de la empresa.
El piloto alemán Herbert Boy, que ese año llegó a Barranquilla traído por Von Krohn para vincularse a Scadta, en su libro 'Una historia con alas', afirma que en esa reunión, sentados en mecedoras en la terraza de esa que también era su casa, "ninguno de los barranquilleros allí presentes, y eran muchos, enardecidos todos por varias tandas de whisky, mostraba más entusiasmo que Von Krohn". Y que él, que era el copiloto, le cedió el puesto en el avión a Cortissoz.
Reproducción de fotografías sobre el accidente aéreo del 8 de junio de 1924 cuando un avión que sobrevolaban Barranquilla cayó sobre unas casas, se trataba del Junker de Scadta que lanzaba volantes para presionar la continuación de las obras en Bocas de Ceniza. Estas fotografías originales están en la hemeroteca de la Aduana. Foto:Reproducciones de la Revista Barranquilla Gráfica en Hemeroteca de la Aduana.
En cambio, Von Krohn eligió como pasajeros, para el paseo que era usual en Barranquilla, a sus compañeros de vivienda, todos alemanes: Albrecht Nickish Von Roseneck, agente viajero de la empresa alemana Breuer Moller & Co.; Fritz Troost, empleado del Banco Alemán Antioqueño, y Christian Meyer, apoderado de la alemana Casa Fehrmann & Cia. El mecánico era Guillermo Fischer, nacido en Colombia pero de nacionalidad alemana.
La tragedia en el aire
Tras volar sobre la casa de Cortissoz y la suya, Von Krohn dirigió la nave hacia el Camellón Abello (Paseo Bolívar o 34), principal calle de Barranquilla hasta la década del 80 del siglo pasado. Y empezaron a caer las hojas volantes de la campaña ‘Bocas de Ceniza’.
En la desesperación del señor Cortissoz… por unas de las ventanillas agitaba las manos como pidiendo socorro en los momentos que la nave caía…
El corresponsal de EL TIEMPO, uno de los miles de testigos en las calles, escribió que en “la desesperación del señor Cortissoz… por unas de las ventanillas agitaba las manos como pidiendo socorro en los momentos que la nave caía…”.
“... El pájaro metálico viró hacia la izquierda y su alerón derecho fue a golpear un gigantesco árbol de ceiba que había en la esquina (noroccidental de la Santander, hoy calle 40, con carrera 41)… La máquina dio una voltareta y en medio de una densa nube de humo se estrelló, estrepitosamente, contra unos palos de guayaba y almendra que había en el solar de la casa habitación de don Aníbal Glen”, escribió hace 50 años en El Heraldo el periodista Juan Goenaga, entonces estudiante, que estaba a unos 90 metros del lugar.
Registro del accidente aéreo en EL TIEMPO. Foto:Cortesía comunidad Scadta en Facebook
“... A sus voces de socorro acudió inmediatamente la señora doña Isabel Cantillo de Martínez, esposa de don Juan Martínez, quien vive enfrente, y sacó de la casa a la señora de Glen y a su hija, conduciéndola a la suya. El joven Luis Alfredo Fernández, que se hallaba de visita en la residencia de la familia Martínez, acudió el (sic) primero al sitio de la catástrofe, llegando hasta donde estaba el aparato, que invadía el patio”, reseñó el desaparecido periódico barranquillero La Nación, en su edición del lunes 9 de junio de 1924, que reprodujo luego EL TIEMPO:
Me dirigí nuevamente hacia el aparato... las llamas lo rodeaban... Vi lleno de espanto que uno de los pasajeros sacaba una mano blanca y ensangrentada y con ellas me hacía señas desesperadas, y oí una voz quejumbrosa que me decía: Amiguito... ! Sálveme... ! Me muero...
“... Me dirigí nuevamente hacia el aparato... las llamas lo rodeaban... Vi lleno de espanto que uno de los pasajeros sacaba una mano blanca y ensangrentada y con ellas me hacía señas desesperadas, y oí una voz quejumbrosa que me decía: Amiguito... ! Sálveme... ! Sálveme! Me muero... ! Sálveme...!” (la familia Martínez Cantillo proporcionó fotos inéditas que fueron publicadas medio siglo más tarde por la revista Barranquilla Gráfica, que son reproducidas en esta crónica).
Barranquilla se conmocionó y la gente lloraba en las calles. Al lugar del accidente acudieron millares de personas, entre ellos el ministro Villegas, hospedado en el Club ABC, en Veinte de Julio entre las calles de San Juan y Jesús (36 y 37), a unos 270 metros. El Diario del Comerció sacó una edición extraordinaria ese mismo domingo, a las 9 de la noche.
Reproducción de fotografías sobre el accidente aéreo del 8 de junio de 1924 cuando un avión que sobrevolaban Barranquilla cayó sobre unas casas, se trataba del Junker de Scadta que lanzaba volantes para presionar la continuación de las obras en Bocas de Ceniza. Estas fotografías originales están en la hemeroteca de la Aduana. Foto:Reproducciones de la Revista Barranquilla Gráfica en Hemeroteca de la Aduana.
¿Qué pasó en el avión?
Por eso, a Cortissoz lo velaron en casa de su pariente Enrique Correa, en la calle Dividivi o Murillo entre callejones de Cuartel (44) y Líbano (45). A Von Krohn y los tres pasajeros alemanes, en el Club Alemán, en la calle inmediatamente de arriba, la Paraíso (47) entre Cuartel y Líbano. Mientras el mecánico Fischer, en casa de su hermano Carlos, dado que su esposa había viajado a Alemania.
Al llegar al sitio del accidente pudo constatar que el interruptor de la corriente había sido accionado, dejando sin corriente al avión
¿Qué pudo haber pasado? Nunca hubo claridad sobre las causas del accidente. En el libro ‘Scadta, una utopía hecha realidad’, de los esposos Manfred Oeding y Myriam Vides, se reseña el comentario del testigo alemán Wilhelm Schnurbusch (abuelo de la reina de belleza Claudia Schnurbusch), ingeniero de la aerolínea que vino a Barranquilla en el mismo vapor con Von Krohn:
“... al llegar al sitio del accidente pudo constatar que el interruptor de la corriente había sido accionado, dejando sin corriente al avión, algo que se debe hacer para evitar el incendio de la nave al estrellarse. Que se había oído una aceleración del motor a la vez que salía humo de este, que el piloto había acelerado y al mismo tiempo enriquecido la mezcla del combustible para tener la potencia para salir de la emergencia. Debido a la escasa altura a la que volaba el avión (350 a 400 metros) esta maniobra no tuvo éxito...
“...Al hacer el impacto con el suelo, se reventaron los tanques de gasolina que al hacer o con los hornillos de la cocina encendidos, incendió el avión... Schnurbusch informó que, según lo observado y oído, el piloto actuó de acuerdo a las circunstancias y con gran presencia de ánimo y serenidad...”.
Mausoleo de aviadores alemanes en el Cementerio Universal. Foto:Vanexa Romero. EL TIEMPO
“… Quiero tributar homenaje especial de respetuoso y cariñoso recuerdo a la persona y a la obra de mi amigo el valeroso y noble señor Von Krohn, cuyo espíritu y ánimo me tocó conocer de cerca y cuya muerte en estos momentos no vacilo en considerar como desgracia nacional”.
Ospina fue el primer presidente del mundo en hacer uso del avión y fue transportado por Von Krohn. EL TIEMPO abrió una cuenta a nombre del piloto, con 30 pesos, para levantar un monumento. Lo mismo hizo el Diario del Comercio en Barranquilla.
Casi nada, un siglo después
El Gobierno Nacional accedió a la obra de canalización, pero el puerto marítimo tiene problemas por la sedimentación. Scadta dejó de llamarse así y se apartó al personal alemán, en 1940, y se convirtió en Avianca, segunda aerolínea más antigua del mundo, tras KLM.
Así se ve hoy el lugar donde cayó el avión. Foto:EL TIEMPO
La bella mansión de Cortissoz fue transformada en Casa Mariana, hogar religioso. Y permanece de pie, pero nada vistosa en su arquitectura. Igualmente está de pie la residencia donde vivían Von Krohn y las otras víctimas alemanas. Este edificio, de dos pisos, se mantiene intacto en la parte superior, mientras la inferior se dividió en locales comerciales.
Museo Scadta ubicado en el Colegio Alemán. Aquí reposan piezas de antiguos aviones y documentación del antiguo Avianca. Foto:Vanexa Romero. EL TIEMPO
En el lugar donde cayó el avión se construye un edificio de cinco pisos. Estuvimos ahí muchas veces sin saber que era el lugar del accidente, cuando había un hotel, cuyo propietario, Carlos Gutiérrez, era dirigente del béisbol del Atlántico. Se organizaban ruedas de prensa sobre ese deporte. El nombre del hotel de pronto tenía relación con las víctimas: Los Ángeles.
Reproducción de fotografías sobre el accidente aéreo del 8 de junio de 1924 cuando un avión que sobrevolaban Barranquilla cayó sobre unas casas, se trataba del Junker de Scadta que lanzaba volantes para presionar la continuación de las obras en Bocas de Ceniza. Estas fotografías originales están en la hemeroteca de la Aduana. Foto:Reproducciones de la Revista Barranquilla Gráfica en Hemeroteca de la Aduana.
Se cumplen 100 años de la primera gran tragedia de la aviación colombiana que los abuelos hasta las últimas décadas del siglo pasado describían como el día más triste en la historia de Barranquilla...
Especial para EL TIEMPO
En X: @EstewilQ
Barranquilla
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