La relación entre
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario multimillonario Elon Musk pasó del amor al odio en muy poco tiempo. Tras ser desplazado del cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés)
el magnate apuntó contra el mandatario, que no se quedó callado.
El empresario se había referido al “gran y hermoso proyecto de ley” del republicano, entre
los cuales se incluye varias medidas con un gran gasto, como una “abominación repugnante”. Ante estos dichos, como era de esperarse,
el presidente no se quedó callado y esta fue la reacción, según su secretaria de comunicación, Karoline Leavitt.
“El presidente ya sabía cuál era la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley y esto no cambia su opinión”, advirtió Leavitt frente a los periodistas. Y reveló que Trump se mantiene firme en su intención de aprobar la iniciativa que incluye algunos recortes en el presupuesto.
En su red social, Truth Social, Trump se mostró efusivo contra los legisladores que prometieron no apoyar el proyecto: “Rand (Paul, representante de Kentucky en el senado) vota que no a todo, pero nunca tiene ideas prácticas ni constructivas. Sus ideas son locas y perdedoras”, sostuvo.
La ofensiva de Elon Musk contra Donald Trump por su proyecto de ley
El bombardeo de publicaciones puso de manifiesto un distanciamiento cada vez mayor entre Musk y Trump. “Lo siento, pero ya no aguanto más”, escribió Musk en X (ex Twitter), además calificó el proyecto de ley de política interior de “descomunal, inaceptable y lleno de favoritismo”, y añadió que “aumentaría enormemente el ya gigantesco déficit presupuestario” y que “el Congreso está llevando a Estados Unidos a la bancarrota”.
A pesar de que no habló de ningún congresista que rechace la ley, dejó a entrever que apoyará los esfuerzos en las próximas elecciones intermedias en 2026. En noviembre del año que viene, despediremos a todos los políticos que traicionaron al pueblo estadounidense”, escribió.