La relación entre
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario multimillonario Elon Musk se encuentra en su peor momento. Las amenazas cruzadas en redes sociales y el cambio de dirección del gobierno
han hecho que el dueño de SpaceX decida contraatacar de esta manera.
Musk dijo el jueves que su compañía de cohetes, SpaceX, comenzaría a desmantelar su nave espacial que trabajaba en conjunto con la NASA. Curiosamente, ante un comentario de un que lo instó a calmarse y dar un paso atrás durante un par de días, el mismo respondió: “Está bien, no desmantelaremos Dragon”.
“A la luz de la declaración del presidente sobre la cancelación de mis contratos gubernamentales, @SpaceX comenzará a desmantelar su nave espacial Dragon de inmediato”, había escrito en su propia red social, sin embargo, rápidamente dio marcha atrás.
Sin embargo, esto parece ser el fin de la relación entre ambos, en lo que parece ser una simple pelea de egos, es mucho más que eso. Existen grandes factores estructurales que repercuten en la pelea interna del Partido Republicano. A grandes rasgos, tienen agendas distintas, mientras que Trump pone límites a los recortes de beneficios sociales, a Musk le preocupaba de sobre manera el gasto público.
¿Por qué se pelearon Elon Musk y Donald Trump?
El bombardeo de publicaciones puso de manifiesto un distanciamiento cada vez mayor entre Musk y Trump. La gran pelea surgió debido al mega proyecto de ley presentado por el republicano en el Congreso, el cual suma mucho gasto público, pero que se trata de un “proyecto hermoso”, según sus propias palabras.
“Lo siento, pero ya no aguanto más”, escribió Musk en X (ex Twitter), además calificó el proyecto de ley de política interior de “descomunal, inaceptable y lleno de favoritismo”, y añadió que “aumentaría enormemente el ya gigantesco déficit presupuestario” y que “el Congreso está llevando a Estados Unidos a la bancarrota”.